Los historiadores ya, hace varios años, han descubierto que el pintarse la piel es algo aplicado por el hombre desde las épocas más remotas. Muchas tribus, utilizaban e incluso todavía utilizan el maquillaje para camuflarse con su medio ambiente.
Los egipcios realizaban sus cosméticos con minerales, plantas, entre otros elementos de la naturaleza. A fin de utilizarlos para embellecer sus rostros y cuerpo.
Los árabes se maquillaban sus ojos a fin de protegerlos del clima desértico que caracteriza su territorio.
Hasta hace muy poco tiempo los maquilladores utilizábamos las técnicas de maquillaje de belleza para “corregir” visualmente los “defectos” o “imperfecciones” que el rostro humano naturalmente presenta. Llevando ópticamente por medio de luces y sombras al esteriotipo de rostro que la tendencia mostraba como “ideal”. Hasta hace muy poco tiempo, se consideraba “ideal” la forma de rostro ovalada, la nariz fina y respingada, los ojos almendrados.
Hoy, año 2007. Esta tendencia está cambiando. El objetivo no se basa tanto en corregir para llevar la imagen del rostro a un estereotipo, sino más bien, destacar las facciones y rasgos que resalten la belleza natural de esa persona. Haciendo que el maquillaje se vea lo más natural, armónico e imperceptible posible. Pero fundamentalmente que la persona se sienta particularmente bella y segura.
Está demostrado que el hecho de mirarse al espejo y sentirse a gusto con lo que este refleja, mejora considerablemente la autoestima, la seguridad de una persona. En caso de enfermedades como el cáncer, en la cual algunos tipos de tratamientos utilizados para combatirlo, deterioran temporalmente la imagen de una persona. Me animo a decir que el correcto uso del maquillaje actúa hasta de modo terapéutico.
El camuflar alteraciones tales como, acné, vitíligo, melasmas, cloasmas. Etc. Tiene un fin profundo que contribuye a mejorar la vida de la persona. Normalmente los pacientes qué padecen de este tipo de alteraciones pueden sufrir desordenes sociales, debido a su apariencia.
Equivocadamente, todavía hay gente que cree que el acné, el vitíligo o las escamas se contagian por contacto. Y por tal motivo, muchas veces se tiende a aislar a la persona que lo padece, influyendo negativamente en la vida social de la misma. La función del maquillaje correctivo es hacer que la persona se sienta cómoda con su imagen, en consecuencia, mejoraran otros aspectos de su vida social.
Maquillaje para vitíligo:
Cuando nos encontramos frente a una persona que padece vitíligo, es necesario diferenciar correctamente el verdadero color de la piel y el de la discromía.
Si la mancha ocupa menos del 60% de la superficie de la piel. Entonces usaremos una base 3 o 4 tonos más oscuros que el de la piel, sobre la mancha y sus alrededores.
En el caso de que la mancha supere el 60% de la superficie de la piel, entonces viraremos el maquillaje al tono y color de la mancha. Esto significa que, en lugar de tapar la mancha unificaremos toda la piel con el color y tono de la misma. La zona donde se encuentra la discromía suele no ser porosa, es necesario aplicar previo a la base una fina capa de polvo.
Maquillaje para cicatrices:
Es importante saber que con maquillaje no se corrigen los relieves. Pero si podemos camuflar el tono y el color o rellenar una cicatriz hundida como se explicó en el punto 4 “La importancia del Círculo cromático en maquillaje”
Ojeras coloreadas:
En este caso también utilizaremos la colorimetría. Si tenemos ojeras violáceas, usaremos un corrector con pigmentos amarillos.
Si se trata de una ojera amarronada, podremos mezclar con un corrector con pigmentos naranjas y un corrector con pigmentos amarillos.
Si, en cambio tenemos una ojera azulada, entonces el corrector implementado será el que contenga pigmentos naranjas.
Maquillaje para bolsas:
En este caso utilizaremos la técnica de luces y sombras, la bolsa llevara un tono más oscuro y aclararemos la profundidad de la ojera.
Rosácea:
En el caso de la rosácea el maquillaje es similar al del camuflaje de angiomas o puntos rojos. Utilizaremos una base con pigmentos verdosos o, bien amarillentos que se mimetizan muy bien con el tono de la piel.
Pieles amarillentas:
En estos casos no utilizamos colores marrones, la base será aquella que contenga pigmentos más rosados y el rubor más rojizo.
Para obtener un resultado duradero, es importante sellar el maquillaje con polvo volátil. Para esto, tomamos una brocha grande, la empapamos con polvo y la aplicamos suavemente en todo el rostro.
Connie Moreno
Cosmiatra – Maquilladora
Añadir un comentario