La revitalización del rostro, se logra estimulando la síntesis de colágeno y elastina de la piel, mediante un proceso denominado bioestimulación. Este proceso, es posible por el descubrimiento de unas citoquinas llamadas Factor de crecimiento epidérmico.
Los fibroblastos, tienen receptores específicos donde se acoplan estos factores de crecimiento. Una vez unidos, comienza la estimulación y la síntesis de cada uno de los componentes de la dermis.
Los diferentes signos del envejecimiento cutáneo (adelgazamiento de la piel, pérdida de colágeno, desorganización de las fibras de elastina, deshidratación, flaccidez y arrugas), aparecen porque los fibroblastos reducen la fabricación del factor de crecimiento.
Por lo antedicho, si aportáramos el factor de crecimiento, se volvería a estimular a los fibroblastos. Estos factores de crecimiento se encuentran en gran cantidad en las plaquetas de nuestra sangre. Se puede entonces, mejorar la piel del rostro utilizando inyecciones de plasma rico en plaquetas, extraídas de la misma sangre del paciente, aislando los factores de crecimiento e inyectándolos en la cara por mesoterapia. Se incia de esta manera la remodelación y regeneración celular que lleva al rejuvenecimiento facial.
Es un tratamiento de fácil aplicación. No se han registrado efectos secundarios ni reacciones alérgicas, ya que las plaquetas se extraen de la propia sangre del paciente.
Procedimiento:
Se extrae una muestra de sangre, que es centrifugada y preparada por un especialista en hemoterapia, a la vista del paciente. Se consigue el plasma rico en plaquetas que se aplica en forma intradérmica, en una sesión de mesoterapia facial.
El remanente del plasma rico en sustancias nutritivas, se aplica en forma de máscara.
Se aconsejan dos (2) aplicaciones al año, una cada 6 meses, aunque algunos terapeutas sugieren aplicar este tratamiento cada 3 meses.
Es aconsejable combinar el tratamiento con diamon peel, mesolif con precursores (acido hialurónico, glicosaminoglicanos), para reconstituir la matriz extracelular, hidratantes, antioxidantes, tratamientos locales y mesoterapia con vitaminas A, E y C, acido alfalipoico, coenzima Q10, zinc y selenio.
Efectos:
Se logra detener el proceso de envejecimiento, restaurar el normal funcionamiento de la piel promoviendo una importante regeneración celular.
El resultado es una piel más joven, luminosa y lozana, con mejor textura y disminución de la flaccidez y atenuación de las arrugas finas.
Dra. Daniela Amigo
Columnista de Guía Estética
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