Hasta hace una década, la mujer nacía con un estigma: depilarse una vez por mes. Un problema estético que desde tiempos inmemoriales tiene en jaque al universo femenino. Es que los métodos de depilación tradicionales eran cruentos y siempre molestos.
A la cabeza del sufrimiento estaba la cera caliente con los consabidos tirones. Otros sistemas, menos dolorosos, como la maquinita de afeitar, surtían efecto por pocos días, para volver otra vez con el histórico ritual de depilarse cada semana.
Pero la tecnología puso manos a la obra y descubrió un método de depilación que libera a las mujeres de esa tiranía. Aunque el láser se inventó en los años 50 y 60, la depilación definitiva tuvo su explosión en los 90. Hoy, los centros estéticos cuentan con equipos de última generación para eliminar definitivamente el vello en el cuerpo.
Estudios científicos han demostrado que con la depilación definitiva se puede lograr erradicar hasta el 80 o 90 por ciento de los vellos, dicen en conjunto los médicos especialistas.
Salvo algún sistema novedoso recién llegado al país, el resto de los equipos están diseñados para realizar los tratamientos en invierno, lejos de los rayos solares intensos. La indicación médica prohíbe tomar sol antes, durante y después de la aplicación del láser, para evitar la híper o hipopigmentación de la piel. Y recomienda el uso de productos con alta protección solar, aún en días nublados, ya que la piel está más sensible.
Aunque estos tratamientos son seguros, como todos los procedimientos estéticos pueden tener efectos no deseados. No se puede hacer depilación definitiva en pieles quemadas por el sol o muy bronceadas; pieles muy oscuras, problemas en la coagulación sanguínea. Con fiebre o infecciones agudas, embarazo y lactancia o diabetes -explica la doctora Laura Mijelshon, médica dermatóloga-. Tampoco se puede depilar con herpes en la zona a tratar, el uso de fármacos fotosensibilizantes o con derivados del ácido retinoico. Y agrega: El sistema no presenta por lo general efectos secundarios, salvo un enrojecimiento que pueda aparecer en la zona, pero que desaparecerá espontáneamente.
Pese a que la depilación definitiva puede utilizarse en cualquier parte del cuerpo, al podio de las más buscadas ascienden las axilas, el bozo, las piernas y el cavado.
La cantidad de sesiones estará a cargo del médico, quien evaluará la extensión de la zona a tratar, la cantidad de vello y el fototipo de piel. El tiempo de cada sesión depende del área a ser tratada. Para las axilas se necesitan unos cinco minutos mientras que para las piernas y espalda, 45. La consigna: estar linda sin dolor.
Fuente: www.clarin.com
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