Hoy sabemos que hay muchos ofrecimientos en tratamientos relajantes en un circuito de Spa. Pero como podemos diferenciarnos sin morir en el intento? Brindar tratamientos de ozonoterapia y terapia lumínica es una muy buena alternativa para diferenciarse de los demás.
OZONOTERAPIA
La terapia con ozono (O3) es la aplicación de este gas como agente terapéutico en el organismo por medio de técnicas especiales. La ozonoterapia es hoy un tratamiento que revoluciona la medicina estética.
La ozonoterapia es preventiva y correctiva. El ozono se introduce en la piel a través de los poros, por medio de un dispositivo que ejerce presión regulada por el profesional, y produce sobre el tejido un aumento de la oxigenación y vascularización de la zona donde se aplica.
En medicina estética la ozonoterapia es utilizada con excelentes resultados en tratamientos de recuperación capilar, acné, rosácea, anti-age, estrías y reducción. El ozono reestructura y tonifica la piel, mejorando notablemente la celulitis y la flaccidez. También colabora en procesos de adelgazamiento al eliminar ácidos grasos, y combate el stress, ya que elimina las toxinas del cuerpo mejorando así la calidad de vida del paciente.
TERAPIA LUMÍNICA (CROMOTERAPIA)
La terapia lumínica, tan exitosa en diversas partes del mundo, parece algo sin importancia pero es fundamental. El color es el lenguaje de las vibraciones, algo así como la definición de linaje (o familia) al que pertenece una energía, en función de la escala cromática es que desarrolla su vibración.
La terapia lumínica (o cromoterapia) se basa en la aplicación directa sobre la piel de diversas luces de colores, que se diferencian entre sí por las longitudes de onda o frecuencia de emisión. Cada uno de los colores produce efectos distintos en el cuerpo del paciente. Las energías lumínicas se absorben a nivel cutáneo a través de los cromófobos presentes en toda la superficie de la piel. El estímulo de dichas frecuencias es transmitido por las terminaciones nerviosas, por lo que su efecto además se extiende a nivel general en el cuerpo, aumentando su capacidad de aplicación.
Rojo: Estimula la circulación sanguínea y revitaliza las células. Tiene un efecto desintoxicante porque acrecienta la actividad en el sistema linfático permitiendo que los líquidos y proteínas que deben desecharse lo hagan más rápidamente. Incrementa la producción de colágeno y elastina en la piel. Excelente para combatir líneas de expresión, flacidez y manchas.
Azul: Proporciona una sensación de frescura y calma. Mejora la producción de proteínas, revitalizando la piel y reafirmando tejidos. Mejora las pieles con tendencia al acné gracias a sus propiedades purificantes y anti-bacteriales. Penetra en la dermis superficial y posee un efecto relajante y regulador en la glándula sebácea. Ayuda a desvanecer várices, celulitis, y adiposidades localizadas.
Amarillo: Mejora la absorción de oxígeno, estimula la circulación sanguínea y ayuda a la piel y a la digestión.
Verde: Tiene efectos calmantes y relajantes, por lo que es recomendable para la ansiedad y depresión. Mejora el funcionamiento glandular, disminuye el acné y manchas. Eficaz para relajar músculos y quitar la tensión. Excelente facilitador contra dolores y golpes así como complemento para la cura de la migraña.
Violeta: Es el que posee el más intenso poder electroquímico. Estimulante para el sistema nervioso. Tienen un gran poder antiséptico y estimula la regeneración.
Naranja: Proporciona una acción liberadora sobre las funciones metabólicas corporales, un efecto desinflamante. Estimula el movimiento linfático y la energía general. Algunos investigadores sostienen que el naranja favorece el crecimiento, recordemos que es un color energético y estimulante.
Electromedicina Morales
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