El embarazo, las marcas de estiramiento por crecimiento en la pubertad, las subas y bajas de peso repentino, son algunas de las causas más frecuentes que generan las estrías. Estas se producen como resultado de la distensión y ruptura de las fibras dérmicas, y pueden verse a simple vista con la apariencia de una cicatriz.
Las estrías predominan en el sexo femenino aunque también pueden aparecer en algunos hombres, pueden presentarse en la etapa de desarrollo (10 a 16 años en mujeres y 14 a 20 años en hombres). Sus localizaciones más comunes son abdomen, glúteos, flancos, senos y muslos – su grosor puede variar desde 1 a 10mm-.
Existen diferentes etapas por las cuales atraviesa una estría al formarse, que hacen más o menos sencillo el tratamiento en gabinete: La etapa inicial de la estría es a nivel profundo, cuando las fibras comienzan a sufrir cambios. Seguido de esta etapa, la lesión aparece en superficie mostrándose de color rosado o violáceo, lo que indica que se encuentra en período inflamatorio. La última etapa es aquella en la cual la cicatriz queda asentada -blanca nacarada, con una leve depresión central-.
A nivel estético, el tratamiento para estrías debe componerse de varias terapias, que ayuden a oxigenar la zona, mejoren la nutrición y calidad de las fibras, y regeneren la piel ante todo. Lo ideal sería combinar agentes físicos con productos adecuados para potenciar los resultados y disminuir la cantidad de sesiones necesarias, los mismos tratamientos pueden también dar resultado en cicatrices.
Uno de los protocolos de trabajo más utilizados y eficaces para trabajar estrías es la combinación de peelings químicos con ácidos glicólico o salicílico y peelings mecánicos con punta de diamantes. De esta forma se logra una mayor regeneración de la piel y estímulo para emparejar el desnivel característico de la estría con la piel circundante.
Otro tratamiento apto para estrías sería la utilización de radiofrecuencia, ya que al mejorar la calidad de las fibras de colágeno y elastina contribuye a disimularlas ya que el calor generado en la zona permite una mayor penetración de principios activos, sumado al aumento de la red fibrilar que mejorará la depresión que tiene la estría. La ozonoterapia o altafrecuencia también sería una buena opción, oxigenando la zona se logra mayor luminosidad y mejor calidad de piel, a la vez estimula el flujo sanguíneo lo que significa una mayor nutrición para la zona.
Todos estos tratamientos pueden combinarse o reemplazarse por aquellas terapias que facilitan la penetración de principios activos y logrando que actúen en profundidad dando un mejor resultado y más duradero. Estos “facilitadores” serían la electroporación, también conocida como mesoterapia virtual, y la iontoforesis. Se pueden utilizar principios activos cicatrizantes como la rosa mosqueta y también vitaminas A y E que ayudarán a mejorar la calidad y aspecto de la piel. Además, se le puede agregar a estos procedimientos un ultrasonido estético de 3Mhz que trabaja sobre la dermis reactivando la reproducción de las fibras, generando una red fibrilar más densa con fibras de óptima calidad, se podría asegurar un muy buen resultado revirtiendo así la apariencia de las estrías.
El tratamiento de estrías es muy solicitado por las mujeres, ya que la mayoría de ellas se ven afectadas y no se sienten cómodas con ello. Por eso, es necesario saber todos los posibles tratamientos para poder aplicarlos, ya que cuantas más técnicas se combinen, habrán resultados más ágiles y eficaces. Siempre hay que recordar que la etapa ideal de tratamiento es la inflamatoria, en la cual la cicatriz todavía no es definitiva, por lo cual puede disimularse mucho más y en menos tiempo.
Noelí B. Mandrino
Técnica universitaria en cosmetología, cosmiatría y estética.
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